Cannabis
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El cannabis es la droga ilegal más consumida en todo el mundo; aproximadamente el 4% de la población mundial confirma haberla usado. En este artículo, exploraremos qué es el cannabis, cómo actúa en nuestro cerebro, cuáles son sus efectos, y lo que se sabe sobre sus posibles riesgos y beneficios para la salud.
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¿Qué es el Cannabis?
Cuando hablamos de cannabis, nos referimos tanto a la planta como a los preparados que se obtienen de ella y que se consumen con fines médicos o recreativos. Concretamente, la famosa “planta” es la planta del cáñamo, que incluye tres especies: Cannabis sativa (la más conocida), Cannabis índica y Cannabis ruderalis. Las plantas de cannabis contienen una serie de sustancias conocidas como cannabinoides, entre las cuales destacan principalmente dos: por un lado, el delta-9-tetrahidrocannabinol (THC), que es conocido por sus efectos psicoactivos, es decir, por su capacidad para alterar el funcionamiento de nuestro sistema nervioso central; y por otro, el cannabidiol (CBD), que a diferencia del THC, no es psicoactivo, pero tiene propiedades ansiolíticas y sedantes.
Los efectos típicos asociados al cannabis se deben al THC, y su intensidad depende de la concentración del mismo. A mayor concentración de THC en el cannabis, más fuertes serán sus efectos. Esto es importante, ya que la concentración de THC ha ido aumentando en las últimas décadas, lo que hace necesario conocer su impacto en la salud, un tema que abordaremos más adelante.
¿Cómo se Consume el Cannabis?
El cannabis puede consumirse de diferentes formas, por ejemplo, por vía oral a través de preparados o alimentos que lo contienen. Sin embargo, la vía inhalatoria es la más común y extendida, como en los cigarrillos que contienen marihuana (que se obtiene al secar y trocear las flores y hojas de la planta) o hachís, un preparado resinoso más concentrado en principios activos.
La forma de consumo es relevante porque determina, por ejemplo, el tiempo que tarda en hacer efecto. Cuando el cannabis se fuma, el THC se absorbe rápidamente en las vías respiratorias y llega al cerebro, produciendo efectos casi inmediatos. En cambio, cuando se consume a través de alimentos, los efectos tardan más en aparecer, lo que puede dificultar el control de la dosis y ser peligroso.
El consumo de cannabis produce sensaciones de euforia y bienestar, relajación, mayor sociabilidad y locuacidad, pero también conlleva alteraciones sensoriales como cambios en la percepción del tiempo, incoordinación motora, pérdida de memoria, disminución de la capacidad de concentración y ralentización de las reacciones, además de un aumento del apetito.
¿Cómo Actúa el Cannabis en el Cuerpo?
Para entender el mecanismo de acción del cannabis, primero debemos conocer qué tipo de droga es. Las drogas que producen efectos psicoactivos se suelen clasificar en tres categorías: alucinógenas (LSD, mescalina), estimulantes del sistema nervioso central (cocaína, MDMA, tabaco, cafeína), y depresoras del sistema nervioso central (como la heroína, el alcohol y el cannabis). Si una droga produce un efecto psicoactivo, es porque activa o inhibe distintos tipos de receptores en nuestras neuronas.
En el caso del cannabis, cuando ingerimos su componente psicoactivo, el THC, este se absorbe, llega al cerebro y se une a los receptores cannabinoides en nuestras neuronas, produciendo así sus efectos. ¿Y por qué tenemos receptores para el cannabis en nuestro cerebro? Porque nuestro cuerpo también produce de forma natural sustancias cannabinoides, conocidas como endocannabinoides, que intervienen en procesos como el apetito, el humor y el dolor. Dos ejemplos de estas sustancias son la anandamida, que tiene una estructura similar al THC, y el 2-araquidonilglicerol, similar al CBD.
La anandamida, por ejemplo, interviene en la consolidación de la memoria, el hambre, los patrones de sueño y el alivio del dolor. Como el THC y el CBD del cannabis tienen estructuras similares a nuestros endocannabinoides, son capaces de unirse y activar nuestros receptores. No solo eso, sino que debido a la diversidad de funciones de los endocannabinoides en el cuerpo, el consumo de cannabis no solo produce euforia y bienestar, sino también efectos como la incoordinación motora, pérdida de memoria, disminución de la capacidad de concentración, reacciones más lentas y aumento del apetito.
¿Qué Efectos Tiene el Cannabis en la Salud?
Dado que el cannabis es la droga ilegal más consumida en todo el mundo, es crucial entender a qué se expone una persona que lo consume. Así que veamos cuáles son sus efectos en la salud.
Salud Mental
A corto plazo, el consumo de cannabis puede provocar problemas cognitivos como paranoia, alucinaciones, ansiedad y ataques de pánico, además de alteraciones en el tiempo de reacción, el procesamiento de la información, la memoria y la atención. Estos efectos son importantes porque, por ejemplo, aumentan el riesgo de sufrir un accidente de tráfico tras consumir cannabis, un peligro que, aunque es ampliamente conocido en relación con el alcohol, no siempre se tiene tan presente con el cannabis.
Además, los consumidores habituales de cannabis son significativamente más propensos a sufrir trastornos graves a largo plazo, como depresión o esquizofrenia, que afecta a más de 21 millones de personas en todo el mundo, alterando el pensamiento, las percepciones, las emociones, el lenguaje, la conciencia de sí mismo y la conducta. Sin embargo, se cree que estos trastornos psiquiátricos podrían estar influenciados por la predisposición genética de cada persona (es decir, por la susceptibilidad genética a ciertas enfermedades mentales) y por la edad en la que comienza el consumo, ya que cuanto antes se empieza a consumir cannabis, mayor es el riesgo de desarrollar trastornos como la esquizofrenia.
El cannabis también podría alterar el desarrollo del cerebro. Dado que los endocannabinoides naturales están involucrados en la maduración y desarrollo cerebral, el consumo de cannabinoides externos puede interferir en este proceso, motivo por el que los cerebros en desarrollo (como los de bebés, niños y adolescentes) son especialmente susceptibles. Por ejemplo, cuando el cannabis se consume durante la adolescencia, puede reducir la atención, la memoria y las funciones de aprendizaje, afectando la forma en que se desarrollan las áreas del cerebro implicadas en estas funciones.
Sistema Respiratorio y Cardiovascular
El consumo de cannabis también tiene consecuencias para el sistema respiratorio y cardiovascular. Teniendo en cuenta que la forma más común de consumo es a través de porros que se fuman, ya sea mezclados o no con tabaco, y sabiendo que fumar es una de las principales causas de enfermedades respiratorias y cardíacas, no sorprende que el impacto del cannabis en la salud respiratoria sea similar al del tabaco. El humo de la marihuana, al igual que el del tabaco, contiene sustancias tóxicas, irritantes y carcinógenas, por lo que fumar cannabis conlleva un mayor riesgo de bronquitis, tos y producción de flema.
Si fumar tabaco aumenta el riesgo de cáncer de pulmón, ¿qué pasa con el cannabis? Aunque los estudios sobre el impacto del cannabis en el desarrollo del cáncer son todavía inconclusos, no se puede afirmar categóricamente que cause cáncer de pulmón. Sin embargo, el sistema cardiovascular también se ve afectado: se ha observado que el cannabis aumenta el riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares como infarto de miocardio, muerte cardíaca súbita, accidente cerebrovascular (ictus) o ataque isquémico transitorio, entre otros. Por esta razón, el consumo de cannabis puede ser especialmente peligroso en personas con condiciones cardiovasculares previas.
Uso Medicinal del Cannabis
El uso terapéutico del cannabis se centra principalmente en el tratamiento de dos condiciones: las náuseas y vómitos causados por la quimioterapia, y el dolor neuropático, es decir, el dolor producido por nervios dañados, como el que ocurre en enfermedades como la esclerosis múltiple. Tanto es así que en algunos países existen medicamentos comercializados que contienen cannabinoides: el dronabinol y la nabilona, ambos cannabinoides sintéticos que se prescriben para tratar las náuseas.
A pesar de esto, el uso del cannabis con fines médicos es controvertido, ya que la evidencia sobre su efectividad es limitada y no se ha demostrado que sea superior a los tratamientos existentes. Además, el uso de cannabinoides no está exento de efectos secundarios, especialmente en las funciones cognitivas.
Aunque parece haber una asociación entre el consumo de cannabis y ciertas patologías, no se ha demostrado una relación causal directa. Lo que se sabe es que las personas que consumen cannabis repetidamente son más propensas a padecer estas enfermedades, pero no se comprende del todo el mecanismo por el cual esto sucede. Además, el impacto del consumo de cannabis en la salud depende de muchos factores y varía de una persona a otra. Por ejemplo, depende de la concentración de THC en el cannabis (a mayor concentración, más efectos perjudiciales), la frecuencia de consumo, la predisposición genética y la edad a la que se comienza a consumir.Conclusión
Como puedes ver, el tema del cannabis y su impacto en la salud no es blanco o negro; existen muchos matices a considerar. Aquí hemos tratado de ofrecer una visión general de lo que se sabe hasta ahora, con sus claros y oscuros, porque al final, la divulgación no consiste solo en enseñar lo que la ciencia ha descubierto, sino también en reconocer lo que aún queda por aprender.
Fuente: La información fue transcripta (con leves modificaciones), del video explicativo que se encuentra debajo, de la divulgadora científica, graduada en Ciencias Biomédicas y Máster en Comunicación Científica, Médica y Ambiental, Sandra Ortonobes Lara.
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